lunes, 9 de agosto de 2010

Al tiro.....




El otro día llamé a un amigo quien aparentemente estaba en una reunión, después de un rato contestó su ultra moderno teléfono móvil y me dijo: estoy en una reunión, te llamo en cinco minutos. Desde entonces han pasado cuatro mil trescientos minutos y na, ni, na., menos mal que no me dijo: al tiro..., porque eso y los cinco minutos es lo mismo: una extraña medida de tiempo, que en ninguna parte del mundo se entiende. Si además se acompaña de algún verbo, pasa lo del gasfiter, quién – cada vez que fallaba el calefont- me decía: voy al tiro...y podía pasar un día completo sin que llegara., para cuando lo hacía, le tenía que dar almuerzo y tecito y aún así me aseguraba que en cinco minutos terminaría de arreglar el aparato.
Esto de los cinco minutos y al tiro, es como la típica frase que usamos las mujeres: “ no me demoro nada” y a los varones les sale barba esperando que estén listas.
El voy y vuelvo al tiro, es aún peor que lo anterior, al menos para doña Lucy, a quien el marido se lo dijo una tarde...y todavía espera a que regrese, después de diez años. La Doris, en cambio, es la campeona del decir: termino al tiro, sin que nadie sepa lo que hace ni cuando terminará de hacerlo, al menos así lo aseguran sus hijos que se pasan veladas completas esperando que termine esto y aquello.
Para no ser menos que el resto, yo suelo decir: voy en cinco minutos, pero en la practica no llego nunca, tal vez porque ni veo la esfera del reloj o bien porque los famosos minutos se estiran y estiran hasta transformarse en horas, que se pasan volando y yo tan entretenida que ya ni me acuerdo para dónde iba a ir al tiro.

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